Thuya occidentalis y su uso en Homeopatía
En este post trataremos sobre los usos de la Thuya en homeopatía, una de los medicamentos homeopáticos de uso frecuente en los procesos crónicos y tumorales.
Origen y descripción.
La Thuya (Thuja) occidentalis es un precioso árbol muy extendido en el norte de América y cultivado también en Europa. De hecho, uno de los más hermosos que he visto en mi vida se encuentra en la Quinta da Oliveira, en Sintra, muy cerca de Lisboa.
La tintura madre, a partir de la que se elabora el medicamento homeopático, se prepara a partir de las ramas con hojas recogidas preferentemente en primavera.
Entre sus principios activos más importantes se encuentra un aceite esencial, la thuyona, que tendrá su acción principalmente sobre la piel, las mucosas y el aparato genitourinario. Otras sustancias presentes en esta planta le otorgan también la posibilidad de actuar a nivel del sistema linfático y nervioso.
Características generales del medicamento.
Existen algunos rasgos generales comunes, en mayor o menor medida, en las personas que pueden beneficiarse de Thuya para mejorar su salud y tratar sus enfermedades. Son aspectos que tienen que ver con su forma de ser y de enfermar, con eso que en Homeopatía conocemos como el terreno de cada persona.
Como decía Hipócrates: Es mucho más importante saber qué persona tiene la enfermedad que qué enfermedad tiene la persona.
Así, hay cuatro aspectos que solemos observar en las personas sensibles a los efectos terapéuticos de la Thuya:
- Tendencia a producir tumores benignos de todo tipo (pólipos, papilomas, condilomas, quistes sebáceos, lipomas, verrugas, fibromas…) en cualquier localización del organismo. Pero puede ser también un medicamento indicado en el cáncer, no solo en crecimientos benignos.
- Tendencia a la “imbibición” de los tejidos y al acúmulo de grasa.
- Tendencia a la inflamación y a la secreción crónica de todas las mucosas del organismo. Estas secreciones y excreciones suelen ser amarillas o verdosas y suelen presentar un olor como rancio.
- Desarrollo lento y progresivo de sus enfermedades con tendencia a la cronificación de los procesos.
En relación a su morfología, suelen ser personas grasas e infiltradas. Es muy característico que esa infiltración predomine en el tronco y contraste con unos miembros más bien finos.
Su rostro suele mostrar una piel grasa y es frecuente observar, con la edad, pequeños capilares en las alas de la nariz. Como ya comentábamos, será muy habitual que presenten verrugas de todo tipo diseminadas por el cuerpo.
También puede ser muy característico su tendencia a transpirar y su olor particular, que se describe clásicamente como a “puerros cocidos”. Es un olor penetrante que deja impregnada la habitación donde hayan estado.
Son personas muy sensibles al frío y a la humedad que les hacen agravarse, prácticamente, de todos sus males. En cambio, les gusta y mejoran con el calor seco. Esto es muy visible en los pacientes reumáticos o en los enfermos respiratorios crónicos.
Otro aspecto muy destacable en muchos de estos pacientes es la relación entre el comienzo de sus dolencias y determinadas situaciones en las que se haya visto comprometido su sistema inmunológico. Algunas de las circunstancias más frecuentes son:
- Alteraciones en la salud observadas tras la administración de vacunas.
- Exposición a contaminantes industriales, agroalimentarios o de otro tipo.
- Tratamientos médicos largos o repetidos; quimioterapia, antibióticos, cortisonas, psicofármacos…
- Estrés y problemas emocionales mantenidos en el tiempo.
¿Cómo son las personas sensibles a Thuya?
En mi experiencia, el aspecto más importante a la hora de comprender a una persona en su globalidad es su dimensión mental, emocional y comportamental. Y esto en las personas sensibles a este medicamento no suele resultar nada sencillo.
Clásicamente, se describen como personas con tendencia a la depresión y a las ideas fijas, a las obsesiones. Se dice que, de la misma manera que tienden a cronificar sus dolencias, a “fijarlas”, también lo hacen con sus pensamientos y emociones.
Si hay un tema que les preocupe o interese pueden insistir obsesivamente hasta agotar a todo el mundo. Obsesionadas con sus cosas, agotan y obsesionan a su entorno. Y lo hacen sin imponerse, de una manera un tanto sibilina. Es como si vivieran con una máscara que saben controlar perfectamente en público.
Tienden a reclamar mucho y a dar poco y podemos sentir que, de alguna manera, vampirizan nuestro tiempo y nuestros sentimientos. Siempre con una sensación de que no sabes muy bien lo que está pasando. En Thuya todo es un secreto.
Suelen ser personas muy recelosas y suspicaces con su entorno y es fácil tener la sensación de que siempre te ocultan algo. La comunicación para ellos no es fácil y tienden a dar una imagen que sienten que es aceptable para el resto de las personas, ocultando su verdadero carácter. Se controlan y se ajustan a la opinión de los demás de una forma fría y calculadora. Así, pueden mostrarse distantes, como si desconfiaran de lo que pudiera suceder si entrasen en una comunicación profunda con la otra persona.
Incluso pueden llegar a ser algo manipuladores y guardarse información solo para probarte. Recuerdo una mujer, que respondió muy bien a Thuya, que el primer día, cuando nos vimos en la consulta y le pregunté en qué podía ayudarle, me contestó que eso tenía que decírselo yo que para eso era el médico. Un poco de ternura y de cariño, fueron cayendo sus defensas y pudimos empezar a colaborar.
En este contexto, es fácil de entender que sean personas demasiado analíticas y racionales; piensan mucho pero sienten poco. Por otro lado, también serán muy meticulosas, organizadas y planificadoras, hasta la obsesión.
Los niños que necesitan de Thuya tampoco resultan fáciles de entender. Pueden mostrarse indiferentes, como si les costase vivir su infancia con ligereza y alegría. Son un poco apagados, poco risueños, como “poco niños”. Puede haber, incluso, retraso en su crecimiento físico.
Les cuesta construir una personalidad propia y, en su defecto, construyen una falsa imagen de “niño modelo”, adaptado a los deseos y expectativas de sus padres. Así, su comportamiento se adaptará a su entorno; serio y formal entre los adultos, agitado y precipitado entre sus iguales.
En la adolescencia, comenzará a convertirse en una persona más secreta y manipuladora de forma ya consciente. Este es el momento en el que también puede comenzar a cambiar su morfología y a aumentar de peso.
Niveles de acción de la Thuya en el organismo.
La descripción de las diferentes situaciones en las que Thuya puede ser activa nos ayudará a comprender mejor las indicaciones clínicas, las enfermedades, en las que podremos utilizar este medicamento homeopático.
- Órganos genitourinarios. Fenómenos inflamatorios y ulcerativos con tendencia a las secreciones crónicas. Formación de lesiones vegetantes tipo condilomas y pólipos.
- Piel. Erupciones vesiculosas o pustulosas con más o menos picor. Tendencia a las verrugas y lesiones vegetantes.
- Sistema linfático. Tendencia al aumento del tamaño de órganos linfáticos como las amígdalas, las adenoides o los propios ganglios linfáticos.
- Sistema nervioso. Neuralgias intensas que pueden acompañarse de temblores musculares y mioclonias. Tendencia a sentir sensaciones extrañas en su cuerpo (cenestesias) que le generan nerviosismo y ansiedad (sensación de que un cuerpo extraño se mueve dentro de su organismo).
¿En qué enfermedades podemos utilizar la Thuya? Indicaciones clínicas.
Teniendo en cuenta todo lo dicho, es lógico pensar que las indicaciones de Thuya sean muy diversas y múltiples. Corresponde al médico experto en Homeopatía, a partir del análisis profundo de cada paciente, comprender qué personas serán las que cumplen con las características propias de los pacientes sensibles a la acción del medicamento.
Otorrinolaringología y aparato respiratorio.
- Rinofaringitis, anginas, otitis y sinusitis crónicas o de repetición.
- Hipertrofia (aumento del tamaño) de las amígdalas y de las vegetaciones.
- Pólipos nasales.
- Bronquitis crónica y de repetición.
- Asma.
Piel.
- Verrugas.
- Papilomas. Condilomas.
- Acné. Rosácea.
- Dermatitis seborreica.
- Forúnculos recidivantes.
- Eccemas crónicos.
- Sudoración excesiva acompañada de su olor característico.
- Uñas frágiles y quebradizas, estriadas.
Aparato urinario.
- Infecciones urinarias crónicas y de repetición.
- Hipertrofia prostática. Prostatitis crónica y de repetición.
- Pólipos de la vejiga urinaria.
- Herpes genital.
Ginecología.
- Leucorreas crónicas y de repetición.
- Fibromas. Pólipos uterinos.
- Infección por VPH (virus del papiloma humano).
Aparato locomotor.
- Problemas articulares, musculares y reumáticos que tiendan a la cronicidad y se agravan por el frío y la humedad.
Otras indicaciones.
- Conjuntivitis y blefaritis crónicas.
- Chalaziones y orzuelos de repetición.
- Neuralgias, sobre todo si se acompañan de temblores musculares en la zona afectada por el dolor.
- Cefaleas.
- Cenestopatías diversas.
- Depresiones y cuadros obsesivos.
Sin olvidar todas aquellas situaciones y dolencias que aparecen tras una vacunación o el uso prolongado de tratamientos con antibióticos, cortisona, hormonas, psicofármacos y quimioterápicos.
En resumen.
Thuya será un medicamento de uso frecuente en personas con tendencia a la manifestación de enfermedades crónicas y de repetición, muy sensibles al frío y a la humedad, y a la formación de todo tipo de lesiones tumorales, tanto benignas como cancerosas. Suelen ser personas con tendencia a la imbibición de los tejidos y al sobrepeso.
Suelen ser personas más mentales que emocionales, con tendencia a ocultar sus sentimientos, emociones e intenciones. Calculadores y obsesivos, suelen hacerte sentir que siempre ocultan algo, que no van de frente. Pueden resultar invasivos pero lo harán de una manera sibilina, sin parecer que lo hacen.
Estas personas necesitan saber que “son correctas”, que están bien, que no es necesario que se escondan ni que desconfíen de los demás. Necesitan salir de su calculadora mente y abrirse a sus sentimientos, con confianza en ellos mismos y en la vida.
La Homeopatía puede ayudar a desbloquear y a mover aspectos de nuestra mundo interior que posibilite la apertura hacia el cambio, pero la evolución en consciencia es algo que solo ocurre a partir de la introspección y de la voluntad de cambiar. Siempre desde la aceptación, la compasión y el amor hacia uno mismo. Recordad que todos somos “seres humanos en prácticas”.
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