La homeopatía una excelente opción en Pediatría
Leyendo a mi amigo Guillermo en su post 10 enfermedades en niños en las que recomiendo la homeopatía como mejor opción de tratamiento, recuerdo mi práctica médica con niños y la excelente experiencia que el uso de medicamentos homeopáticos me ha proporcionado durante muchos años.
Como Médico de Familia que trabajaba en el Centro de Salud trataba pocos niños porque acudían a la consulta de Pediatría. Al principio, algunos padres me traían a la consulta a sus hijos a partir de los 7 años, pero eran un porcentaje pequeño de mi consulta.
Siempre me ha gustado el trato con los niños. Me parecen en general más auténticos e interesantes que los adultos. Y creo que como Médico de Familia especialista en personas, el ideal sería la atención de la población desde su nacimiento hasta el final de los días. Todo paciente debería ser competencia del Médico de Familia. Pero, desgraciadamente las cosas no son así en este país, y menos en las zonas urbanas.
Por eso, disponer durante varios años de mi propia consulta con una sala de espera dirigida especialmente a los niños y poder atender a familias, ancianos, adultos jóvenes y niños de todas las edades, me ha hecho sentir de verdad Médico de Familia.
Y hacerlo sin control del tiempo, sintiendo que escuchar, observar, explorar y aconsejar podían conjugarse de modo adecuado y sin prisas, ha sido para mí el mejor regalo como médico.
Durante varios años he ayudado a muchas familias y niños a mejorar problemas de salud que no se resolvían con los medicamentos convencionales. Y siempre partiendo de la base de que la asistencia que habían recibido en sus Centros de Salud y Hospitales había sido la apropiada e intentando complementar dichos tratamientos.
Me he sentido útil y he favorecido la automedicación responsable. Las familias que empleaban medicamentos homeopáticos tenían capacidad de resolver problemas menores de salud y acudir a mí, tanto a la consulta como de forma telefónica o por correo electrónico cuando consideraban que era preciso; y por supuesto a su Pediatra si la situación lo requería.
He observado, muchas veces con sorpresa efectos terapéuticos extraordinarios en muchos de mis pacientes infantiles. Y no hay nada más gratificante que la sonrisa de un niño recuperado de sus problemas de piel, sus catarros continuos y sus toses incesantes. Y la gratitud y reconocimiento de sus padres.
Siempre recordaré los casos a priori más difíciles resueltos de forma eficaz con los medicamentos homeopáticos. A la madre agradecida porque su hija de 4 años que nunca había podido correr ni saltar como el resto de niños de su edad se había convertido en una niña normal abandonando su enfermedad respiratoria supuestamente crónica desde su nacimiento. La perplejidad de la madre al comprobar que los síntomas de su hija eran fácilmente interpretables y solucionables con medicamentos homeopáticos.
El niño que vivía en Alemania, con otitis de repetición e hipoacusia y que había recuperado completamente la audición con el tratamiento homeopático y la sorpresa positiva que había provocado en su especialista en ORL.
O el padre satisfecho y sorprendido por la evolución rápida y positiva del problema dermatológico de años de evolución de su hija. Y de tantos casos en los que el problema era de origen emocional y el respeto, el cariño y la homeopatía fueron herramientas tan eficaces.
La homeopatía me ha permitido resolver problemas recidivantes respiratorios y otorrinolaringológicos, patologías dermatológicas crónicas, enfermedades alérgicas, patologías digestivas y muchos otros problemas frecuentes de salud en los niños con seguridad y eficacia.
Y es un placer escuchar a las madres decir que sus hijos están más saludables de lo que nunca han estado, y que ese estado de salud es perdurable.
Creo que para los Pediatras en especial, conocer los medicamentos homeopáticos es de gran utilidad para resolver múltiples problemas de salud con seguridad y efectividad. Muchas patologías frecuentes en esta etapa de la vida no disponen de tratamientos eficaces. Por ello, sumar siempre es positivo.
Cuentos, juguetes, música, libros para colorear o un folio en blanco y unos lápices de colores han formado parte de mis instrumentos médicos.
Me gusta estar con niños, siempre nos sorprenden y especialmente cuando están enfermos, porque nos demuestran su inagotable capacidad para crear, jugar y curarse. Son nuestros mejores pacientes. Y nuestro futuro.
Gracias Guillermo por tu excelente artículo.
Y ¡que no paren de jugar!
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Me ha encantado esa ultima invitación que nos haces, Jose Ignacio: ¡JUGAR!
Y por qué no, también en la consulta. Jugando nos dan tanta información, y a la vez es tan terapéutico (también para el profesional) y hasta favorece el cumplimiento!
Gracias por jugar con nosotros, compañero.
Así es amigo.
Sería bueno que los médicos comprendiéramos que hay más poder terapéutico en la risa, el juego, el chocolate, las caricias y la música que en la mayoría de los fármacos.
Los niños nos enseñan cada día lo mismo que lo hacen nuestros ancianos.
Que bien nos viene observarlos y escucharlo.
Y sabemos que un buen homeópata escucha y observa con detenimiento el carácter y el comportamiento de sus pacientes con el fin de buscar los mejores medicamentos.
RISA
JUEGOS
MÚSICA
CHOCOLATE
y mucho AMOR
para todos