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Tratamiento con homeopatía para el dolor de cuello o cervical: cervicalgia

Autor:Dr. Guillermo Basauri
Fuente original:homeopatiasuma.com/hablando-de-homeopatia
Título:Tratamiento con homeopatía para el dolor de cuello o cervical: cervicalgia

Después del dolor de la zona lumbar, el dolor cervical es la causa más frecuente de consulta al médico por molestias en el aparato locomotor. De hecho, en mi experiencia, es más frecuente que la lumbalgia y hay muchos pacientes que acuden por otro tipo de problemas de salud, pero acabamos teniendo que atender esas molestias cervicales que, en principio, no constituían el motivo principal de consulta.

En este post vamos a definir qué es eso de la cervicalgia, sus causas, sus síntomas, cómo diagnosticarla, cómo prevenirla y cuáles pueden ser las posibilidades de tratamiento, haciendo especial referencia a lo que la Homeopatía y los medicamentos homeopáticos pueden aportarnos.

¿Qué es la cervicalgia?

Este término hace referencia al dolor referido a la zona del cuello, si bien es verdad que en muchas ocasiones este dolor no queda circunscrito a la región cervical y puede irradiarse hacia la nuca y la cabeza, la zona alta de la espalda e, incluso, provocar dolor a lo largo del brazo.

Es importante aclarar que el término cervicalgia solo describe un síntoma, dolor en el cuello, y que no supone en sí mismo un diagnóstico de la causa. Determinar el origen del dolor será fundamental para poder indicar el tratamiento más adecuado.

¿Cuáles son sus causas?

El cuello es la región de la columna vertebral con mayor rango de movilidad, lo que se acompaña también de una mayor inestabilidad con relación a la zona dorsal o lumbar de la columna. Esto es algo que debemos tener siempre presente a la hora de entender el sufrimiento cervical.

Contracturas.

Los músculos del cuello se pueden tensionar hasta producir dolor por diferentes causas como pueden ser las malas posturassobreesfuerzos o los movimientos bruscos. Pero una de las causas más frecuentes de contracturas cervicales suele ser la tensión emocional, el estrés.

Yo suelo decir que la región lumbar sufre sobre todo el estrés mecánico, es la “zona bisagra” de nuestra espalda, mientras que las cervicales acusan sobremanera la tensión emocional.

¿No os dais cuenta cuántas veces nos sorprendemos a nosotros mismos con los hombros en alto, con toda la región del cuello y de los hombros en tensión? Pensad que encoger los hombros y agachar la cabeza es un reflejo espontáneo de protección y es la postura inconsciente que nuestro cuerpo busca cuando nos sentimos en un estado de estrés, miedo o ansiedad, crónico o agudo.

Artrosis.

El desgaste y la degeneración de las estructuras articulares del cuello es otra de las causas del dolor cervical.

Hernia discal.

Cuando el disco esponjoso que hay entre las vértebras, que hace posible el movimiento del cuello, se deteriora es posible que parte de él salga y comprima una raíz nerviosa. Esta circunstancia genera un dolor en la zona del cuello que suele irradiar hacia el brazo y que puede llegar hasta la mano.

Enfermedades inflamatorias.

La artritis reumatoidea es la enfermedad inflamatoria más implicada en el dolor cervical, aunque no es la única.

Traumatismos.

El típico “latigazo cervical”, asociado frecuentemente a colisiones de tráfico, suele ser la causa traumática más clásica de dolor cervical, aunque cualquier golpe en la región del cuello y de la cabeza pueden desencadenar la sintomatología dolorosa en la región.

En relación con este listado de las causas más frecuentes del dolor del cuello hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones pueden coexistir varias causas en el mismo paciente. El estrés puede producir contracturas musculares en un paciente con artrosis, consecuencia de una artritis reumatoidea antigua o un traumatismo, el cual puede desencadenar una crisis de dolor en un paciente con una hernia cervical que en esos momentos no estaba produciendo dolor. Y así todas las combinaciones posibles.

¿Cuáles son sus síntomas?

Lo primero, decir que el dolor cervical puede manifestarse de manera aguda, durante algunos días, o crónica cuando dura semanas o meses. También es muy frecuente que muchas personas tengan cuadros de dolor de mayor o menor duración de forma repetida en el tiempo.

Hay una cosa que me parece importante aclarar: una situación crónica no equivale a incurable. Digo esto porque es frecuente que se asocie. Algo crónico es algo que dura mucho en el tiempo, pero que si se pone el tratamiento adecuado puede llegar a solucionarse en muchas ocasiones. Es decir, todo lo incurable es crónico, pero no todo lo crónico es incurable.

El dolor, la rigidez y la pérdida de movilidad son los síntomas que definen la cervicalgia. Como ya decíamos este dolor puede limitarse a la zona del cuello o irradiar hacia cabeza, espalda y brazos.

Esta sintomatología básica puede acompañarse de otras molestias como:

  • Cefalea.
  • Náuseas y vómitos.
  • Vértigo.
  • Trastornos visuales.
  • Problemas para dormir.
  • Ansiedad y alteraciones emocionales. Cansancio.
  • Zumbidos

¿Cómo podemos diagnosticar su causa?

Como suele ser la norma en medicina, el interrogatorio y la exploración suelen ser las claves que nos acercan a entender por qué está sufriendo ese cuello.

Según lo que la historia del paciente y la exploración de su aparato locomotor nos hagan sospechar podremos pensar en algunas pruebas complementarias que acaben de aclarar el caso, como pueden ser la radiografía simple, la resonancia o el TAC.

Analíticas de sangre o punciones lumbares pueden ser necesarias, excepcionalmente, cuando sospechemos una infección o alguna enfermedad inflamatoria como causas del dolor.

¿Podemos prevenir el dolor cervical?

En esta vida podemos prevenir casi todo si cuidamos hábitos y vivimos de una forma consciente y positiva. Casi nada, ¿verdad? Pero poder, se puede.

Algunos consejos básicos para cuidar de nuestro cuello:

  • Hacer ejercicio. El que te guste, pero intenta mantener tu cuello flexible y fuerte.
  • Cuidado con el ordenador, el móvil y coser y hacer punto. Son de las actividades que más cargan el cuello.
  • Hacer revisiones y puestas a punto periódicas. Revisamos periódicamente el coche y la caldera de la calefacción y está muy bien. Pues apliquemos el mismo trata a nuestro cuello. Un ajuste con Osteopatía en manos de un fisioterapeuta o de un médico experto puede ser una de las mejores maneras de mantener nuestro cuello libre de dolor.
  • Prestar atención a la postura. La atención es una de esas cualidades que menos atendemos y que más beneficios, a todos los niveles, nos reportaría. Así que acostumbraos a “chequear” cada poco vuestra postura; si tenéis los hombros subidos, si estáis mirando algo con la cabeza torcida, cómo estáis sentados…Conectad con vosotros mismos siempre que podáis.
  • Dormir cómodo. Y digo esto porque no hay una postura correcta para dormir y cuidar el cuello. Cada persona es diferente y su anatomía también lo es. Así que cada cual debe encontrar la postura, la almohada y el colchón que respeten la anatomía y el descanso de su cuello. Hay que levantarse por la mañana sin dolor.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento en el dolor cervical?

Voy a empezar por la menos frecuente que es la cirugía. Solo en algunos casos de traumatismos que requieran cirugía para estabilizar o reconstruir en lo posible la zona o en hernias discales muy dolorosas y rebeldes a otros tratamientos, la cirugía del cuello puede ser la opción más indicada.

En mi experiencia el tratamiento manual, fisioterapia y osteopatía, junto con los medicamentos homeopáticos son una combinación ganadora, como ya lo comentaba en este post, para la mayoría de los dolores del aparato locomotor.

Los analgésicos y antiinflamatorios clásicos pueden ser también una opción siempre que los consideremos necesarios y siempre teniendo en cuenta sus potenciales efectos no deseados. Especial cuidado en los dolores cervicales de larga evolución porque cuanto más tiempo se tomen más riesgo de efectos secundarios. Y sobra comentar que los evitaremos en la medida de lo posible en niños, mujeres embarazadas y pacientes que estén tomando otros medicamentos.

Antes de pasar a hablaros de las posibilidades de la homeopatía, algunas recomendaciones que podemos poner práctica para aliviar el dolor:

  • El calor local, en general, relaja la musculatura y calma el dolor. Así que la ducha caliente sobre el cuello, saquitos de semillas calientes, la manta eléctrica o cualquier forma de calor en la zona suele ser de gran alivio.
  • Evitar la inmovilidad absoluta. Está demostrado que el dolor evoluciona mejor si mantenemos cierta actividad a condición de que esté bien dirigida y orientada y no sintamos, por supuesto, que nos agrava el dolor. Así que, salvo en situaciones de dolores hiperagudos en donde no se tolere el más mínimo movimiento, ejercicio suave y estiramientos serán grandes aliados.
  • Evitar los movimientos que te agraven el dolor en el tiempo. Hay movimientos que pueden ser algo molestos en el momento, pero notamos que “nos hacen bien”, pero en otras ocasiones lo que vemos es que nos agravan. Ojo con estos últimos.
  • Evitar coger pesos. Cuando cogemos cosas pesadas con los brazos se genera mucha tensión en toda la musculatura del cuello y de los hombros.

¿Cómo nos ayuda la Homeopatía y los medicamentos homeopáticos en el tratamiento del dolor cervical?

Como siempre insistiré, la Homeopatía no trata “diagnósticos” sino que trata “personas que sufren” y por eso es necesario conocer, además del diagnóstico, la manera particular en que se está manifestando esa dolencia en la persona.

Así tendremos diferentes medicamentos homeopáticos que usaremos según las características particulares de cada paciente.

Hay dos medicamentos homeopáticos que tienen un especial tropismo por esta zona anatómica que son ACTEA RACEMOSA y LACHNANTES TINCTORIA. Como RUTA es un medicamento del tendón, ACTEA y LACHNANTES lo serían de la región cervical. Tortícolis, neuralgias, cervicalgias tensionales y posturales podrán beneficiarse del uso de estos medicamentos.

RHUS TOX es de gran utilidad en el dolor del cuello que mejora con el movimiento suave. Lo clásico de las personas que se levantan con el cuello rígido, que les cuesta empezar a funcionar, pero que según van moviéndolo mejoran.

BRYONIA será, en cambio, el medicamento indicado en las personas en las que su dolor se agrave al más mínimo movimiento. Incluso en estos pacientes el movimiento del cuello puede producirles vértigos. CONIUM MACULATUM y COCCULUS son otros dos medicamentos que podemos tener en cuenta en el contexto del dolor cervical asociado a vértigos.

En caso de dolor cervical por un traumatismo o un sobresfuerzo, el medicamento más indicado será ARNICA.

Muchas veces la tensión del cuello la persona la relaciona claramente con momentos emocionales difíciles; ansiedad, miedo, vivencias frustrantes o humillantes, estrés laboral. Aquí podremos pensar en medicamentos como IGNATIA, GELSEMIUM, ACONITUM, STAPHYSAGRIA o NUX VOMICA, entre otros.

Cuando el dolor irradie hacia el brazo y sospechemos o sepamos que tiene un componente neurálgico, que el nervio está siendo comprimido, medicamentos homeopáticos como HYPERICUM, KALMIA o MAGNESIA PHOSPHORICA serán de gran utilidad.

CALCÁREA FLUÓRICA resulta de interés en los pacientes artrósicos con signos importantes de desgaste y degeneración de las vértebras cervicales.

Son solo algunos ejemplos de medicamentos homeopáticos que tenemos disponibles para ayudar a los pacientes que sufren de dolor cervical teniendo en cuenta de qué manera y en qué contexto lo hace cada uno.

Insisto; en mi experiencia, la combinación de terapia manual, particularmente la Osteopatía, y los medicamentos homeopáticos resultan una combinación de primer nivel en el tratamiento del dolor del cuello.

Razones:

  • La Osteopatía restaura el equilibrio mecánico perdido que genera el dolor local. Trata la parte desde el todo. Busca el origen mecánico del desequilibrio y lo corrige.
  • La Osteopatía puede combinarse con otras terapias manuales y físicas si lo considerásemos necesario.
  • Los medicamentos homeopáticos, de igual manera, buscan devolver el equilibrio al organismo desde su globalidad y desde su individualidad.
  • Los medicamentos homeopáticos son los más seguros de los que disponemos hasta el punto de que pueden tomarlos niños, embarazadas y pacientes polimedicados.
  • Además, podemos combinarlos con otros medicamentos si lo considerásemos necesario. En ocasiones los medicamentos homeopáticos serán el centro del tratamiento mientras que, en otras ocasiones como cuando se necesite una cirugía, la Homeopatía será un magnifico complemento que puede ayudarnos en gran manera durante el posoperatorio y la rehabilitación.

#HomeopatíaSuma

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2 Comments

  1. Avatar Laura el 27 abril, 2020 a las 3:16 pm

    Muy interesante

  2. Avatar Ma. Teresa Mayoral Flores el 14 enero, 2021 a las 8:27 pm

    Gracias, excelente información.

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